lunes, 23 de noviembre de 2009

Mozo, hay una cebollita en mi papa

Antes


Después

Noche de ansiedad. Regreso de la facu desanimada por el pésimo exámen de biología. Hambre y tensión. Me detengo en una pollería de la Grau, justo en una esquina. Pido un cuarto de pollo con papas para llevar. Llego a casa. Mientras lo saboreo encuentro una papa con una cebolla china adherida. Me pongo a pensar ¿Qué rayos hace esta cebolla china aquí? Mi lógica me obliga a enlazar ideas y llegar a una conclusión cochina. ¿Esas papas serán las sobras de algún comensal que pidió su cuarto de pollo con chaufa y papas y no lo acabó? Me imagino a la mesera juntando las papas sobrantes en buen estado y volviéndolas a poner a la freidora. Qué asco. ¿Y si el tipo tenía tuberculosis, gigi, sífilis o una afección de esas contagiosas? A pesar de todo sigo comiendo, pero mis sentidos están alertas. Compruebo que unas papas están ligeramente fermentadas, como si no procedieran del mismo instante en la freidora. Me pongo a pensar en esa pollería, que ha sido cerrada varias veces por insalubre, pero que, tonta yo, pensé que había aprendido la lección. Las viejas mañas nunca se pierden ¿Quién podría controlar a todos los restaurantes de la ciudad? Cómo saber cuán generalizada es esta práctica de devolver las sobras a la olla? ¿Una buena fachada nos garantiza una mejor preparación de los alimentos? Unas preguntas me llevaron a otras, y concluí que muchas veces he comido, sin saberlo, las sobras de otro. Todos lo hemos hecho alguna vez. Sólo que en esta ocasión, la conciencia de saber que estoy haciéndolo me espanta y me llena de cosas. Conluí que no puedo remediar el problema del poco cuidado sanitario en los restaurantes de esta pequeña ciudad, así que me encogí de hombros y me dije, buen provecho.

Pero no pienso volver allí, por supuesto.

1 comentario:

  1. yo si tengo ese estomago de"chancho" como dicen, como de todo y mejor si es asi a lo plebeyo! jajajaja

    por Dios eres Blogger!

    saludos

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