martes, 2 de marzo de 2010

Los boleros de mi abuelo


Veo a mis abuelos sentados en la sala mirando la tele. Mi abuela cabecea viendo un programa de concursos en su mecedora. Mi abuelo se acerca, toma un cojín del mueble y se lo acomoda detrás de la cabeza, diciendo: "Cuidado con tu cuello, se te va a entumecer y depués no vas a poder hacerme el amor".

Otras veces los veo en la mesa. Mi abuelo tiene una modesta colección de LP con música de salsas antiguas y boleros, como los de Daniel Santos y la Sonora. Lo malo es que hace mucho que no pueden escucharlas porque el tocadiscos se averió, y nadie tiene interés en repararlo. De pronto, la radio encendida empieza a tocar una de aquellas canciones perdidas:

Ya tengo ya la casita
que tanto te prometí,
y llena de margaritas,
para ti, para mí.

Se levanta, la toma del brazo y empiezan a bailar en la cocina. Despacio, como si sus huesos fueran de cristal. Mi abuelo canta en voz alta y ella le sonríe entre confundida y avergonzada.

Yo sé que tú comprendes
la pena que hay en mí,

que estando yo a tu lado
se acaba mi sufrir.

Será lo que tú quieras,
la culpa tú tendrás,

pero mi alma te espera,
te espera una vez más.


Mi abuela tiene Alzheimer. A veces llora como una niña cuando la dejamos sola. En ocasiones dice que tiene 33 años y que el abuelo es su hijo que está de visita. Por la tarde me da una taza de avena y ordena que me aliste rápido para no llegar tarde al colegio. Otras veces me pregunta quién soy. Desconfía del abuelo y no se acuerda de él, aunque le ponga mil fotos en blanco y negro que testimonian los 55 años que pasaron juntos. Cuando se cansa le dice "ya lárgate y déjame en paz". Mi abuelo sonríe con amargura, le da un beso en la frente (muy rápido, antes de que ella reaccione) y guarda el álbum.

Creo que para los ancianos los recuerdos lo son todo. No pueden trabajar, no pueden tomar decisiones, no les dejan ser útiles porque se supone que todo lo hacen mal. Repasar, mantener y dar brillo a sus recuerdos es el único pasatiempo permitido. Qué difícil debe ser para mi abuelo no tener con quién hacerlo. No está viudo, pero la persona con quien pasó toda su vida le mira como un extraño. A pesar de eso, nunca lo oí quejarse. Se dedica a ella con tanto esmero que me hace preguntar si es cierto que existen los amores eternos, porque siempre he pensado que no. Por supuesto que su relación no ha sido color de rosa. Tuvieron serias peleas, él la abandonó por otra mujer, ella le acarició la cabeza a sartenazos, una y otra vez rompieron. Sin embargo están allí, al final de sus vidas, uno junto al otro en la pequeña sala de la casa, escuchando canciones viejas de una estación nueva.

Cuando estoy contigo no sé qué es más bello
si el color del cielo o el de tu cabello
no sé de tristeza, todo es alegría
sólo sé que eres tú la vida mía.

Me da envidia verlos, porque sé que nunca podría lograr lo que ellos. No hay compromisos de por vida en esta época en que la tasa de divorcios es casi igual a la de matrimonios (pienso que me esperan unas seis o siete relaciones supuestamente serias y dos casamientos más hasta encontrar al indicado) pero de todas maneras, me gustaría llegar a viejita con alguien que me quiera, aunque no me dé cuenta de lo que hace por mí.

Sin firmar un documento
ni mediar un previo aviso,
sin cruzar un juramento,
hemos hecho un compromiso.

Sin promesas nos marchamos,
ni te obligas ni me obligo
y aun así sé que soñamos
tú conmigo, yo contigo.

Tu destino es como el mío;
si eres vela soy viento;
si eres cauce yo soy río;
si eres llaga yo, lamento.

Nadie habló de enamorarnos
pero Dios así lo quiso
y tan sólo de tratarnos
ha nacido un compromiso.

La abuela acaba de entrar a mi cuarto y se ha empeñado en ver lo que escribo. Le muestro.

- Son las canciones que me canta el viejo mañoso ése -me dice.

- Sí, abuelita- le digo- son boleros.

Luego el viejo mañoso (perdón, abuelo) entra a la habitación. "¿Dónde estabas Angelita? tienes que tomar la medicina para que estés bien. Mira que si tú te enfermas ¿quién me va a cuidar?" Y luego se la lleva, haciéndome un guiño.

El amor es complicado.

1 comentario:

  1. Creo que la muestra del amor del que dudas está allí a tu costado, cuando una persona se vuelve todo para ti es cuando sólo necesitas tenerlo al lado y aunque la situación en que se encuentra tu abuelita haga parecer el término de un cariño d 55 años creo q mas bien lo intensifica y le da un significado inquebrantable. Tus viejitos me recuerdan a los míos y ese compromiso te puedo decir, sí es verdadero.

    Me encantó tu post, d verdad lo mejor q he leído hoy. Saludos y un abrazo :)

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